Los que tuvimos la infancia durante los años 60, 70, 80 ... ¿Cómo pudimos sobrevivir?.
A fín de cuentas... Los coches no tenían cinturones de seguridad, apoya cabezas. ¡¡Ni airbags!!. A nadie se le había ocurrido la utilidad de los asientos para menores. ¡Íbamos sueltos en el asiento trasero, en plena juerga!. ¡Y eso no era peligroso!.
Las literas con escalera, carecían de protecciones anti-caída y los juguetes eran de lata, con piezas que arañaban, cortaban y se soltaban, pintados con unas tintas “dudosas“ que nunca resultaban tóxicas.
No había cerrojos de seguridad anti-niños en las puertas de los coches, llaves en los armarios de los medicamentos, de los detergentes o productos químicos domésticos.
La gente andaba en bicicleta para allá y para acá, sin casco, guantes, canilleras o coderas...esto era una mariconada, de "nenas“.
Bebíamos agua de filtro de cerámica, del caño de fuente pública, de manguera, o de un grifo cualquiera y no aguas minerales en botellas ¨esterilizadas¨.
Construíamos patines y aquellos famosos carritos de rodamientos y quienes tenían la suerte de vivir cerca de una bajada asfaltada, podían intentar batir récords de velocidad y hasta verificar, en medio del recorrido, que habían gastado la suela de los zapatos, que eran usados como frenos...Y estaban descalzos... Después de algunos accidentes, ninguno de gravedad... ¡Todos los problemas estaban resueltos!.
Íbamos a jugar a la calle o al solar del barrio con una sola condición: volver a casa antes del anochecer. Los golpes y arañazos se solucionaban sobre la marcha, así como las peleas particulares o en equipo.
No había móviles...claro, que tampoco muchas pelotas para el juego. ¡Y nuestros padres no sabían dónde estábamos!. ¡Era increíble!.
Teníamos clases mañana y tarde todo el curso, incluso sábados, e íbamos a almorzar a casa, a veces con media hora de camino en cada uno de los cuatro trayectos diarios.
Brazos enyesados, dientes partidos, polos rasgados, cabeza pelada.. ¿Alguien se quejaba de eso?. ¡Gajes del oficio!. De los accidentes,todos tenían razón, menos nosotros...
Comíamos dulces a voluntad, pan con manteca y azúcar, bebidas con ese peligroso azúcar. No se hablaba de obesidad (existía, aunque poco), jugabamos siempre en la calle y éramos super activos ... Compartíamos con nuestros amigos cualquier bebida incontrolada, comprada en el quiosco de la esquina, y nunca nadie murió por eso ....
¿Adicciones?. Sólo a las pipas de girasol, hubo pocas apendicitis por atracarse con ellas. POR SUPUESTO, nada de Playstations, Nintendo 64, juegos de Vídeo, Internet por satélite, Video cassetes y DVD, Dolby surround, Móvil con cámara, Ordenador, Chats en Internet... Sólo amigos.
¿Quién no deseó tener un cachorro de perro?. Nada de comida preparada, comían lo mismo que nosotros (muchas veces los restos). ¡Y sin problema alguno!. ¿Baño caliente?. ¿Champú?. ¡Nada!. Uno agarraba al perro y otro con una manguera (fría) iba mojándolo y refregándolo con jabón (en barra). ¡De lavar la ropa!. ¿Algún perro murió o enfermó por causa de eso?.
A pie o en bicicleta, íbamos a casa de nuestros amigos, así viviesen a kms de nuestra casa, entrábamos sin llamar a la puerta e íbamos a jugar. Esto con once años y, si vivían cerca, ya a los ocho. ¡Verdad!. Allá afuera, ¡en ese mundo inseguro!. ¿Cómo era posible?.
Jugábamos al fútbol en la calle, con portería de dos piedras, pelota de trapo y sorteando los vehículos... nadie quedaba frustrado y no era el ¡“FIN DEL MUNDO“!.
En la escuela había buenos y malos estudiantes. Unos pasaban curso y otros repetían. Nadie iba por eso a un psicólogo o un psicoterapeuta, si acaso, una hora de profe particular en casa. No había superdotados, ni se hablaba de dislexia, problemas de concentración, hiperactividad. Quien no pasaba, simplemente repetía año y lo intentaba de nuevo el año siguiente.
Nuestras fiestas estaban animadas con tocadiscos, deslizando sus agujas sobre discos de vinilo, había bastante luz y una refrescante sangría,a base de tintorro.
Teníamos: Libertad, Fracasos, Éxitos. Y, sobre todo, DEBERES. ¡...y aprendimos a lidiar con cada uno de ellos!
La pregunta que puede hacerse es: ¿Cómo la gente conseguimos sobrevivir?. Encima de todo esto, ¿cómo conseguimos desarrollar nuestra personalidad?.
Pues lo hicimos y parece que, a fin de cuentas, ninguno de nosotros ha salido demasiado raro.
¿Eres, también, de esta generación?. Si afirmativo, díselo a tus hijos y sobrinos, para que ellos sepan cómo eran ... ¡nuestros oscuros y atrasados tiempos!. Sin duda van a decir: Qué aburrido !!!!.... ¡¡¡Pero, caramba, qué Felices éramos!!!.
¿Lo son ellos también ahora?...
3 comentarios:
Un blog muy bonito, original y lleno de recuerdos. Me gusta mucho. Me apunto como seguidor.
Un saludo.
@Jesus Angel... Gracias.
¡Que recuerdos me trae! Efectivamente, cierto: sobrevivimos sin tanta chorrada y sobre todo, con amigos. Todavia me acuerdo de los del patio, y ellos también. Mis hijos eso no lo tienen...
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