Llevo toda la semana, que no hay un solo día, que de cada conversación que escucho, en algún momento se encuentre incluida la palabra "cojones". Parece una palabra simple o grosera, pero ya la utilizamos de continuo en nuestro vocabulario general. Es uno de los muchos ejemplos de la riqueza del castellano en el número de acepciones de esta simple palabra, que es, sin duda, muy conocida y frecuentemente utilizada y que hace referencia a los atributos masculinos: COJONES.
Si va acompañada de un numeral tiene significados distintos, según el número utilizado. Así:
Uno, significa caro o costoso: ("Valía un cojón")
Dos, significa valentía: ("Tiene dos cojones")
Tres, significa desprecio: ("Me importa tres cojones")
Muchos implica complejidad: ("Ese problema tiene muchos cojones")
Un número muy grande y par, significa dificultad: ("Lograrlo me costó mil pares de cojones")
En las frases hechas el verbo cambia el significado. Tener indica valentía: ("Aquella persona tiene cojones")
Aunque en admiración puede indicar sorpresa: ("Tiene cojones")
Poner, expresa un reto, especialmente si se ponen en algunos lugares concretos: ("Puso los cojones encima de la mesa")
Cortándolos son utilizados para apostar: ("Me corto los cojones")
O incluso para amenazar: ("Te corto los cojones")
Otra amenaza muy común es colgar a alguien por ellos: ("Te voy a colgar por los cojones" ó "de los cojones")
Además, el tiempo del verbo utilizado cambia radicalmente el significado de la frase. Así, el presente indica molestia ó hastío: ("Me toca los cojones")
El reflexivo significa vagancia: ("Se toca los cojones todo el día")
Pero el imperativo vuelve a significar sorpresa: ("Tócate los cojones")
Los prefijos y sufijos modulan su significado. a- expresa miedo: ("Estoy acojonado" "Que acojono")
des- significa reírse: ("Es para descojonarse" "Que descojono")
-udo o -udamente, indica perfección: ("Es un plan cojonudo" "Lo ha hecho cojonudamente")
y -azo se refiere a la indolencia o abulia: ("Eres un cojonazos")
Las preposiciones matizan la expresión. "de" significa éxito o complacencia: ("El examen me salió de cojones" "La cena estaba de cojones"
"por" expresa voluntariedad: ("Lo haré por cojones")
"hasta" expresa el límite de paciencia o aguante: ("Estoy hasta los cojones")
"con" indica valor: ("Era un hombre con cojones")
y, consecuentemente, sin, la cobardía: ("Es un torero sin cojones")
Especialmente curioso es el hecho de que el color, la forma o la simple tersura aportan significados adicionales.
El color violeta expresa frío: ("Se me quedaron los cojones morados")
Pero el desgaste significa experiencia: ("Tenía los cojones pelados de repetirlo")
Naturalmente también son importantes el tamaño o la posición: ("Tenía dos cojones grandes y bien plantados o puestos")
Sin embargo, existen tamaños concretos que no pueden superarse: ("Tiene los cojones como el caballo del Cid" ó "como el caballo de Santiago")
Y cuando se tienen de tan descomunal tamaño se traduce en torpeza o vagancia suprema: ("le cuelgan", "se los pisa", "se sienta sobre ellos")...
E incluso: ("Necesita una carretilla para llevarlos")
Los atributos de algunos animales adquieren significados concretos, generalmente expresando éxito, complacencia o aceptación: ("El pastel está de cojón de mico"), ("La paella te salió de cojón de pato")
La interjección "¡cojones!" significa sorpresa, y cuando uno se halla perplejo los solicita: ("Manda cojones")
Es precisamente en ellos donde reside la voluntad, y es de ellos de donde surgen las órdenes: ("Me sale de los cojones")
En resumen, será difícil encontrar una palabra en castellano o en otros idiomas con mayor número de acepciones. Feliz Domingo a todos.
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