Primero fue el Bucardo en el año 2000 y ahora le ha tocado el turno al Oso. El gran Félix Rodríguez de la Fuente dedicó una trilogía de capítulos de la serie “El hombre y la Tierra” al Quebrantahuesos, al Urogallo y al Oso Pardo, la cual tituló "Al borde de la extinción". Al final, por desgracia, acertó y la extinción ha arrancado de nuestro patrimonio natural a otra especie más. El último oso autóctono del Pirineo, Camille (al que el equipo de seguimiento francés había rebautizado como Aspe Ouest), ha dejado de dar señales de vida. Desde el pasado 5 de febrero, cuando una cámara del Gobierno de Aragón lo fotografió caminando sobre la nieve y comiendo junto a un bosque de la Jacetania, no se han vuelto a localizar huellas ni indicios del animal, el más veterano de la cordillera pirenaica. La afirmación se sustenta en la avanzada edad del animal y el delicado estado de salud que mostraron unas observaciones hechas durante el otoño del 2009. Camille, popularmente conocido como el oso del culo pelado, padecía una afección dérmica, unos dicen que quizás sarna y otros afirman que su alopecia procedía del estrés y agotamiento en buscar una inexistente hembra de su especie para reproducirse.
El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) ha anunciado que da por extinguida la población de Osos Autóctonos del Pirineo y ha apuntado directamente a los sucesivos gobiernos españoles y franceses como los causantes de la desaparición de esta especie. FAPAS ha constatado que tras treinta años de trabajos de seguimiento de la población osera pirenaica y de la aportación de decenas de millones de euros, supuestamente para beneficiar a los osos en las montañas pirenaicas ya no vive ningún oso de origen autóctono. Durante los últimos treinta años, la población de osos que habitaba las montañas pirenaicas desde hace miles de años, ha ido decreciendo paulatinamente, a pesar de la aportación de recursos económicos de los gobiernos de Francia y de España primero, y de las comunidades autónomas de Navarra, Aragón y Cataluña. Según FAPAS, el error ha estado en que los recursos económicos se han distribuido entre la sociedad implicada, pero se ha evitado cualquier actuación de conservación de la especie en el territorio, por lo que la organización califica esta asignación de fraude contra la biodiversidad.
También han aseverado que la reintroducción de los osos en los Pirineos procedentes de Eslovenia, obedeció en su día a una estrategia planificada por instituciones turísticas francesas, que pretendían desarrollar una campaña de promoción turística. Por ello, el biólogo norteamericano Tony Clevenger, rechazó dirigir el proyecto de reintroducción, considerándolo un fraude, ya que la intención era una vez liberados los ejemplares, el recluirlos a una reserva cerrada donde sirvieran de atractivo turístico, han recordado. Dadas las características de las montañas pirenaicas y la capacidad de adaptación de los osos eslovenos, una vez liberados, tuvieron capacidad de adaptarse al medio, truncando las expectativas iniciales y dando lugar a un proceso de reintroducción traumático que ha condicionado serias disputas sociales en los Pirineos. Actualmente, las expectativas de recuperación de los osos pirenaicos están basadas únicamente en la capacidad de supervivencia de los ejemplares liberados, que han conseguido reproducirse, ha apuntado FAPAS.
Asociaciones ecologistas recuerdan que con la muerte de este ejemplar, desaparece también el último oso de cepa genética autóctona del Pirineo. El gen pirenaico tan solo pervive ahora en Canellito, un ejemplar mixto, hijo de un oso de origen esloveno y de la extinta Canelle, muerta el 1 de noviembre del 2004 por el disparo de un cazador en Francia. La desaparición de Camille no implica que España se haya quedado sin osos propios. En la Cordillera Cantábrica sigue viviendo un centenar de osos pardos de la subespecie cantábrica, distribuidos entre León, Palencia, Cantabria y Asturias. Esta población ha aumentado en número en los últimos años, pero el principal problema que tiene para su conservación es que se encuentra separada en dos grupos, aislados por carreteras y ferrocarriles. La Fundación Oso Pardo y el FAPAS, trabajan para salvar la especie cantábrica.
VERGONZOSO el día que los hijos de nuestros hijos no sepan los que es un Oso, o un Tigre, o una Ballena, o muchos otros animales porque se hayan extinguido. Desde luego que sobran ciertas personas y faltan animales. Los humanos estamos locos.
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